Qué es una intolerancia alimentaria y cómo vivir con ella
En los últimos años el sector alimentario ha sufrido un enorme crecimiento y evolución. Tanto a nivel industrial, como de seguridad alimentaria y también en la forma que el consumidor accede a los alimentos en un supermercado, donde la variedad de productos es prácticamente infinita.
Esta revolución alimentaria basada en el avance de la evidencia científica también ha permitido detectar con mayor precisión determinados trastornos alimentarios que tienen que ver con cierta sensibilidad o mala absorción de algunos nutrientes concretos en el organismo.
Algunos de los trastornos más comunes relativos a problemas de salud asociados al consumo de determinados componentes son las alergias y las intolerancias alimentarias.
En el artículo de hoy veremos qué es la intolerancia alimentaria, cuales son las causas de la intolerancia, así como qué es una alergia alimentaria y sus propias causas. También contaremos algunos ejemplos de ellas y consejos para poder llevar a cabo una alimentación saludable si padeces alguna de estas patologías.
¿Qué es una alergia alimentaria?
Una alergia alimentaria es una reacción exagerada de rechazo por parte de nuestro organismo hacia ciertos componentes incluidos en los alimentos que está mediada por una reacción inmunológica. Esto quiere decir que, ante el contacto del compuesto alérgeno, el organismo desencadena una serie de mecanismos de defensa relacionadas con anticuerpos, como por ejemplo aquellos del tipo IgE, donde se produce una liberación de sustancias químicas como la histamina.
Esto produce en el organismo una serie de respuestas en la mayoría de ocasiones apreciables a simple vista, como el enrojecimiento de la piel o urticaria, quemazón, o picor excesivo. Sin embargo, no queda ahí el efecto adverso, ya que también se produce una inflamación general del cuerpo, donde las vías respiratorias pueden llegar a quedar colapsadas provocando la muerte en casos extremos si no se actúa con rapidez.
Ejemplos de alergia alimentaria: los 14 alérgenos del etiquetado
Algunos ejemplos de alergias alimentarias son aquellas producidas por los frutos secos, el huevo o el pescado.
Además, dentro de la Unión Europea existe un listado de 14 alérgenos de obligado etiquetado en los productos alimentarios que se comercializan dentro de los estados miembros.
Estos 14 alérgenos son: apio, frutos de cáscara o frutos secos, cacahuete, pescado, sulfitos, crustáceos, huevo, sésamo, cereales con gluten, mostaza, soja, lácteos, moluscos y altramuz.
El listado de alérgenos se establece en base a aquellos alimentos que mayor implicación tienen en las alergias alimentarias totales a nivel europeo, sin embargo, esto no quiere decir que el resto de alimentos no puedan estar implicados en alergias alimentarias. De hecho, cualquier alimento puede causar reacciones alérgicas en una personas sensible hacia un componente concreto.
¿Qué es la intolerancia alimentaria?
Por otro lado, es necesario indicar cuál es la diferencia entre alergia e intolerancia. Cuando hablamos de intolerancia alimentaria nos referimos a una afección que no produce una reacción por parte del sistema inmunitario. En estos casos, la intolerancia alimentaria es debida generalmente a problemas de absorción en el intestino delgado o en el estómago, y a problemas en el metabolismo y la digestión de los propios componentes. Algunos ejemplos de intolerancia alimentaria son la intolerancia a la fructosa y la intolerancia al gluten.
Ejemplos de intolerancia alimentaria: intolerancia a la lactosa
Una de los tipos de intolerancia a los alimentos más conocidas es la intolerancia a la lactosa. En esta dolencia, se produce en el individuo una incapacidad para asimilar la lactosa en el organismo, provocando irritación de estómago, gases, y malestar gástrico en general. Además de estos problemas, una persona con intolerancia a la lactosa puede desarrollar trastornos digestivos más graves por la exposición prolongada a la lactosa en la dieta como úlceras o gastritis.
Para solucionar este problema, la industria alimentaria ha desarrollado leche y otros productos derivados sin lactosa. Pese a la creencia popular, la lactosa no se retira o elimina del producto, sino que se añade una enzima llamada lactasa, que es la responsable de digerir en nuestro organismo la lactosa y por lo tanto produce la ruptura del disacárido de lactosa en dos monosacáridos simples como la glucosa y la galactosa, más fáciles de digerir.
El déficit de lactosa en el organismo es el responsable de impedir la correcta digestión de la lactosa en el intestino. Está demostrado que el consumo prolongado de lácteos durante la vida provoca una mayor generación interna de lactosa, ya que algunas poblaciones orientales que no incluyen lácteos en su alimentación, o lo hacen de forma más pobre que la población occidental, presentan más casos de intolerancia a la lactosa.
También se ha comprobado que la actividad de la enzima lactasa disminuye en el organismo con el paso de los años, por lo que podemos establecer que cuanto más viejos nos hacemos, peor digerimos la lactosa.
La celiaquía, un caso especial de enfermedad alimentaria
En el caso de la enfermedad celíaca o celiaquía, existe gran controversia respecto a su clasificación como enfermedad, ya que no es ni una alergia ni una intolerancia alimentaria.
Actualmente, se define la celiaquía como una enfermedad multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten en individuos genéticamente susceptibles. No es igual que una alergia, ya que la reacción inmune no es de tipo alérgico al no estar mediada por anticuerpos IgE, sino de otro tipo muy específico para la enfermedad celíaca.
El elemento clave en desencadenar la celiaquía es el gluten, un conjunto de proteínas vegetales presente en la harina de cereales como el trigo, cebada o centeno que además posee unas propiedades tecnológicas excelentes para la elaboración del pan, ya que es capaz de atrapar CO2, formando así la miga del pan.
Otras enfermedades relacionadas con el gluten
Además de la celiaquía y la propia alergia al gluten, existe una tercera dolencia relacionada con el gluten que ha sido descubierta relativamente, hace unos pocos años. Esta dolencia recibe el nombre de sensibilidad al gluten no celíaca, ya que tiene unas características totalmente diferentes a las de la enfermedad celíaca.
Lo cierto es que hoy en día se conoce muy poco sobre la sensibilidad al gluten no celíaca, sin embargo en ciertas personas sensibles se produce una mejoría notable al retirar el gluten de la dieta. Por el momento parece complicado establecer un sistema causal directo con el gluten, pero las evidencias actuales parecen apuntar en dicha dirección. Será necesario en los próximos años seguir investigando sobre el gluten y la relación que tiene el mismo con nuestra salud.
Cómo vivir con una intolerancia alimentaria
Si padecemos una intolerancia alimentaria, bastará con retirar completamente de la dieta el compuesto que nos sienta mal para llevar un vida saludable sin una mayor preocupación. No tiene por qué existir ningún problema de salud relacionado con nuestra intolerancia más allá de la incapacidad de digerir el ingrediente en cuestión responsable de la intolerancia alimentaria.
Sin embargo, en otro tipo de afecciones más problemáticas como las planteadas en el artículo, tipo celiaquía o incluso cualquier alergia, será necesaria una mayor concienciación respecto a la nutrición y la composición de los alimentos, así como prestar especial atención a la contaminación cruzada, llevar mucho cuidado cuando comemos fuera de casa, y también vigilar las posibles trazas de alérgenos en los productos alimentarios que compramos en el supermercado.
Por suerte, leyendo el etiquetado alimentario tenemos a nuestra disposición un arma muy poderosa para poder estar informados adecuadamente de la composición de los alimentos que nos llevamos a la boca.