Sudar : una señal de buena salud
A través del sudor se pueden eliminar las toxinas del cuerpo. Sin embargo, para conseguir los beneficios de esta acción no basta con provocarlo con algún ejercicio o trabajo pesado. Lo más recomendable es obtenerlo aplicándose los baños de vapor o el sauna.
Hipócrates, el fundador de la medicina moderna, decía: “Denme el poder de crear fiebre y podré curar la enfermedad”. Hace más de 2000 años, muchas culturas han implementado este principio para inducir la “fiebre artificial” y sudoración.
Las cantidades de industrias que coplan las ciudades modernas, así como el gran congestionamiento de tránsito vehicular provoca que el ser humano se vea expuesto a las toxinas ambientales, químicos industriales, metales pesados y cientos de otros tóxicos.
El doctor Allan Lieberman, director médico del Centro de Medicina del Medio Ambiente y Enfermedad Ocupacional en Charleston, Carolina del Norte, señala: “Las manifestaciones de neurotoxicidad incluyen alteraciones en la concentración, cambio de humor y comportamiento”.
Una vida demasiado sedentaria, el uso de antitranspirantes, los ambientes contaminados y las ropas sintéticas impiden que se sude lo suficiente. Cuando no se logra sudar, la piel no se limpia, no se descama y no se renueva.
Detrás del sudor
La mejor manera de sacar del organismo los elementos tóxicos, es exponiendo el cuerpo al sudor. Sin embargo, el tratamiento no estaría completo si sólo se consigue la sudoración a través de los ejercicios físicos o de un trabajo arduo.
El doctor Lieberman destaca que uno de los métodos más eficaz para combatir la neurotoxicidad es tomar el sauna o vapor, que detoxifica el cuerpo abriendo los poros. “Con la aplicación de uno de estos tratamientos, el cuerpo se limpia, por medio del sudor, en un 30 por ciento de toxinas acumuladas”.
Otras maneras de ayudar al cuerpo a eliminar las toxinas es tomando suficiente agua , comer vegetales y frutas frescas y alimentos ricos en fibras. También son recomendadas algunas hierbas como los concentrados de té verde, jengibre y agua con jugo de limón.
En Finlandia, el 99 por ciento de la población utiliza regularmente los baños saunas. Estas pequeñas cámaras de calor se encuentran en viviendas unifamiliares y en los edificios de pisos como un servicio comunitario.
El éxito de la sauna finlandesa se explica por sus saludables efectos. De acuerdo a un estudio de la OMS, entre los europeos, los finlandeses son los menos propensos a enfermedades respiratorias que acechan en la temporada de otoño e invierno. La investigación realizada en ese país determinó que quienes fueron al sauna dos veces a la semana durante dos meses se resfriaron en un 30 por ciento menos que quienes no acudieron.
Efectos positivos de la sudoración
Provocar el sudor a través de un baño sauna es recomendable por múltiples razones. Mientras las personas se encuentran en el lugar pueden desconectarse de las preocupaciones y la rutina; por tanto, funciona como un desintoxicante físico y mental.
El calor producido en un sauna es un calor seco, con sólo una humedad del diez al quince por ciento. La escasa humedad permite soportar temperaturas de entre 70 y 100 grados centígrados (la más alta a la que el cuerpo humano pueda someterse). Y éstas alternadas con enfriamientos proporcionan numerosos beneficios fisiológicos.
El sauna limpia la piel a fondo. Con el uso del sauna aumenta la temperatura cutánea hasta los 40 ó 42 grados tras veinte minutos, lo que moviliza la sangre y estimula intensamente la sudación, limpiando así la piel.
Asistir al sauna habitualmente estimula la renovación de la piel, ya que favorece la descamación de la capa exterior y facilita la reproducción celular. Pero además, el sauna equilibra el manto ácido, tan importante en la protección frente a las infecciones.
En una sola sesión en un baño sauna, las glándulas sudoríparas eliminan entre medio litro y un litro de sudor, rico en sal, sustancias nitrogenadas de desecho y otros residuos.
Para ver el poder desintoxicante del sauna, basta con saber que en quince minutos se excreta a través del sudor la misma cantidad de metales pesados que los riñones en 24 horas. Este es el resultado del incremento de la actividad metabólica debido a la “fiebre artificial” inducida por el calor.
Mientras se está en el baño sauna, el aire entra en los bronquios a una temperatura de unos 90 grados y con una humedad del quince por ciento, y sale a unos 39 grados y con una humedad del 37 por ciento. Durante este proceso el aparato respiratorio sufre de un calentamiento importante que estimula la secreción de mucosa bronquial. Este efecto, junto con la alternancia de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos (por la sucesión de frío y calor), potencia la capacidad natural del organismo para adaptarse a los cambios de temperatura.
Está demostrado que quienes acuden a la sauna dos veces por semana se constipan un 30% menos que los que no lo hacen. La sucesión de frío y calor potencia la capacidad natural del organismo para adaptarse a los cambios de temperatura. Por eso la sauna resulta un hábito especialmente saludable cuando se inicia la temporada más fría. No obstante, no se debe utilizar el sauna para curar un resfriado: su efecto es sólo preventivo.
Provocar la sudoración a través del sauna es una importante gimnasia vascular, puesto que el calor dilata las pequeñas venas de la piel y el corazón ha de bombear la sangre con más fuerza para mantener la presión sanguínea. Se pasa de las 60-80 pulsaciones por minutos en reposo a los 110-140 latidos por minuto en pleno sauna. Doce minutos en el sauna equivalen a correr tres kilómetros en ese mismo tiempo, pero sin fatiga muscular.
El corazón también mejora su funcionamiento porque la sangre, que se calienta en la piel, dilata las arterias. Los cambios de presión arterial son moderados: baja con el calor, pero sube rápidamente con las duchas frías.
Otro beneficio del calor es que alivia las contracciones y los dolores musculares, pero además por sus efectos sobre el sistema hormonal, también produce la relajación anímica. Diversos estudios científicos confirman que la sauna estimula la producción de noradrenalina, prolactina y hormona del crecimiento.
La sauna contrarresta la típica retención de líquidos. Asimismo, al estimular el sistema nervioso autónomo, las glándulas adrenales y los ovarios beneficia también a las mujeres menopáusicas.
Para mantener el cuerpo en forma, combatir el estrés, embellecer la piel o por cualquiera otras razones, la búsqueda del sudor a través del baño de vapor o del sauna debe ser una de las acciones primordiales de una mujer que desee cuidar su salud y su belleza.
¿Cómo te ayuda el baño sauna?
Limpia tu piel y el organismo. Al sudar más, la sangre circula mejor y se elimina una gran cantidad de toxinas. y Previene resfriados y gripes. Los contrastes de calor-frío preparan al cuerpo para afrontar los cambios climáticos. y Ejercita el corazón. Aumenta el ritmo de las pulsaciones, igual que realizar ejercicios. y Relaja. Produce cambios hormonales similares a los que se dan en situaciones de estrés. y Alivia la molestia de la menstruación. Reduce la retención de líquidos y estimula el sistema nervioso.